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Noticias hídricas 29 de enero

5 de febrero de 2024

Aquí dejamos un resumen de nuestra selección de las noticias más relevantes de la semana pasada sobre el agua en Chile y el mundo.

Temporada de riego: mejor, pero con excepciones

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Lluvia y nieve. Eso es lo que más anhelan los agricultores durante el invierno y otoño para así tener agua en primavera y verano. El pronóstico a la fecha, y cuando se aproxima la época más crítica, es de una temporada con mayor cantidad de agua disponible para riego en las zonas centro y sur. Las buenas noticias no alcanzan para el centro norte, en donde el déficit sigue siendo agudo, aunque el agua alcanzaría para regar hasta mayo.

Según los últimos datos de la Dirección General de Aguas (DGA), la zona que enfrenta mayores problemas de riego para esta temporada es la macrozona norte del país, desde Arica y Parinacota hasta Coquimbo. Sobre esto, el Boletín Hidrometeorológico Semanal de la DGA informa que 'se consideraron 24 estaciones y en 2 de ellas hay mayores precipitaciones acumuladas este 2023 con respecto al 2022. Por otra parte, 17 estaciones fluctúan entre un 77% y 100% de déficit'.

Norte mejor, pero.... Para la zona norte y centro norte, la DGA en su informe de 'Pronóstico de caudales de deshielo temporada de riego 2023-2024', de septiembre, indica que 'entre la Región de Atacama y de Coquimbo, la situación en promedio supera el 80% de déficits'.

Aunque, en la actualización realizada la semana pasada, en el Boletín Hidrometeorológico Semanal, se menciona que la situación de este año, de acumulación de agua, está un 43% por encima de lo que había a la misma fecha del año pasado, con 6.886 millones de m3 de agua esta temporada versus los 4.803 millones de m3, de la anterior. Sin embargo, el mismo boletín plantea que la Región de Coquimbo, que cuenta con siete embalses, está en una situación crítica, ya que el volumen acumulado actual en ellos es menor a 20% respecto a su capacidad.

Los datos coinciden con los de las juntas de vigilancia de diversas cuencas. Así, en Elqui, aunque con menos agua, se podría regar hasta agosto, aún si no lloviese. Gabriel Varela, presidente de la Junta de Vigilancia Río Elqui, menciona que 'si bien, podremos entregar solo un 15% de la capacidad que se debiera entregar, en la asamblea del mes de enero se rectificó que vamos a contar con agua hasta agosto, esto considerando que no llueva nada en los meses previos'.

Si bien esto entrega cierta tranquilidad, el llamado es a seguir haciendo un uso de agua eficiente y a tomar previsiones por la menor disponibilidad del recurso.

Más compleja aún es la situación en el Limarí, en donde la escasa disponibilidad del recurso ha llevado a diversas movilizaciones de los agricultores.

José González, presidente de la Junta de Vigilancia del Río Limarí, dice que 'tenemos una disponibilidad de agua muy escasa, con caudales del orden del 5%. Como no tenemos embalses, estamos regando un 10% de la superficie o de la dotación normal que tiene el derecho al aprovechamiento del agua. Vamos a terminar la temporada con los embalses ya prácticamente cercanos a secarse'.

González recalca que la crítica situación se podría agudizar a partir de mediados de año. 'Al 30 de abril, el embalse Paloma tendría un nivel bajo pero aún sobre nivel de torre de toma. De ahí al 6 de julio, que es cuando termina la vigencia del decreto de escasez, estamos en condiciones de satisfacer la necesidad de consumo humano. En adelante, la cosa es crítica'.

Centro sur con mejores noticias La zona centro sur, en tanto, pasa por uno de sus mejores momentos en 10 años: tras largos años de sequía, por fin se encuentra con el agua necesaria para no preocuparse esta temporada.

Para la zona centro y centro sur, el informe de la DGA de septiembre señala que las condiciones desde Valparaíso al sur las condiciones son prácticamente normales. El buen momento hídrico es ratificado por las juntas de vigilancia, que ya miran cómo avanzar en seguridad hídrica para el futuro.

Javier Crasemann, presidente de la Junta de Vigilancia del Río Aconcagua comenta que 'lo que va de verano vamos bien, como un año normal'. Agrega que eso es a pesar de que no contar con embalses para poder almacenar el agua les complica el panorama, por lo que propone trabajar en proyectos ya presentados a las autoridades correspondientes.

En tanto, Luis Baertl, presidente de la Junta de Vigilancia del Río Maipo, menciona que 'estamos en un muy buen estado hídrico, no tenemos problemas de agua, de hecho es el primer año que estamos tranquilos luego de 10 de sequía'. Pero, dice, el desafío es asegurar el riego los años en que haya suficientes las lluvias. 'Debe haber medidas a nivel de Estado, para que no vivamos situaciones de sequía', menciona.

Si bien en la zona regada por el río Ñuble reconocen que tienen mayor disponibilidad del recurso —especialmente por la acumulación de nieve—, tienen dudas sobre el resto de la temporada.

Daniela Durán, administradora general de la Junta de Vigilancia del Río Ñuble, dice que 'hasta el momento ha sido una temporada con mayor disponibilidad de agua respecto a la temporada pasada, debido a las lluvias del invierno y también la acumulación nival. Sin embargo, al no tener una obra de contención en la cabecera del río Ñuble, estamos expuestos a su rápida disminución'.

Fuente: El Mercurio - Revista del Campo

Campaña “Estado Consciente”: Gobierno y Sanitarias lanzan campaña por el cuidado del agua en el marco de escasez hídrica

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Una campaña lúdica, que busca generar una mirada responsable del recurso hídrico y su escasez, lanzaron en conjunto el Ministerio de Obras Públicas, el Ministerio del Medio Ambiente y la Asociación Nacional de Empresas de Servicios Sanitarios (Andess). “Estado Consciente”, es el nombre de la propuesta que llama al cuidado del agua, sumando un nuevo estado de este recurso a los 3 ya existentes: sólido, líquido y gaseoso.

Las ministras de Obras Públicas, Jessica López; de Medioambiente, Maisa Rojas, y la presidenta de Andess, Lorena Schmitt presentaron a la ciudadanía esta campaña, con un mensaje muy claro: generar consciencia de todos los actores de la sociedad para el cuidado del agua. A través de esta alianza público-privada, se busca desarrollar una mirada consciente del agua y su escasez.

La ministra López, destacó que “como país hemos avanzado enormemente gracias a la asociación público privada en la cantidad, calidad y continuidad del servicio de agua potable y saneamiento, pero estamos enfrentando una situación de cambio climático que nos amenaza. Para que podamos mantener este éxito necesitamos que las personas y las distintas industrias tomen consciencia de que la disponibilidad de agua es cada vez más compleja y que necesitamos la acción de todos. Como ministerio estamos trabajando en infraestructuras como desaladoras y embalses que nos permitan asegurar el consumo humano, pero necesitamos el estado consciente de todos”.

Por su parte, la ministra Rojas indicó que “vivimos una triple crisis planetaria: la de cambio climático, pérdida de biodiversidad y de contaminación, por lo que es fundamental tomar acciones concretas para resguardar los recursos naturales, sobre todo, uno que cada día se vuelve más escaso, como lo es el agua. Esta campaña es una invitación directa a adoptar medidas desde todos los sectores, porque la colaboración entre distintas entidades es imprescindible para combatir los efectos que el cambio climático está produciendo».

“Esta es una campaña diferente a todas las demás. No se trata de responsabilidades individuales, es una apuesta para que todos los sectores tengan mayor consciencia. No cabe duda de que este trabajo conjunto nos permite continuar por la senda de la colaboración público privada, que ha sido la base del éxito de la gestión del agua en los últimos 30 años en nuestro país, y que debe ser la que nos permita adaptarnos continuamente a los efectos del cambio climático. Esta es la forma correcta de avanzar”, señaló Lorena Schmitt, presidenta de Andess.

Chile es uno de los países más afectados por el cambio climático en Latinoamérica, y así lo demuestran los 14 años de sequía histórica, lo que ha provocado periodos de sequía extrema y eventos extremos de lluvias concentradas en poco tiempo. Por esa razón, el Ministerio de Obras Públicas aumentó en 2023 las fiscalizaciones al Código de Aguas y aplicó multas por 8.700 millones de pesos. Además, a partir de diciembre pasado, luego de la aprobación casi unánime del parlamento, la cartera podrá construir infraestructura hídrica multipropósito, levantando la restricción que regía a solo para el desarrollo de proyectos para riego, con el fin de garantizar el consumo humano a largo plazo.

El Ministerio de Medio Ambiente, en tanto, ha desarrollado Fondos para la Protección Ambiental con una línea especial para que la ciudadanía implemente acciones de eficiencia hídrica; ha avanzado en la certificación ambiental de establecimientos educacionales y se encuentra trabajando mano a mano con la Dirección General de Aguas en la elaboración del Plan Nacional de Adaptación para los Recursos Hídricos.

Recientemente, Andess y Criteria dieron a conocer el estudio “Radiografía Crisis Hídrica y Cuidado del Agua en Chile”. Y se concluyeron 4 segmentos actitudinales de las personas: negacionista (19%), culposos (20%), evasivos (28%) y conscientes activos (33%). Estos últimos, a diferencia del resto de los perfiles, están dispuestos a introducir cambios en sus modos de vida y sienten rabia al ver que otras personas y las autoridades no se toman en serio el problema. Esta campaña busca llegar a todos ellos.

“Este estado consciente nos exige cambiar nuestra forma de relacionarnos con el agua, con una mirada mucho más sostenible de este recurso. El agua está en el epicentro del desarrollo sostenible y es fundamental para el desarrollo socioeconómico, la energía, la producción de alimentos, los ecosistemas y para la supervivencia de los seres humanos”, comentó Lorena Schmitt, quien agregó que “el éxito de esta campaña se medirá en cuán consciente se vuelve la población sobre la problemática de escases hídrica, y a partir de entonces promover en conjunto un uso eficiente del agua”.

El compromiso de la industria sanitaria es seguir generando obras de inversión. En los próximos 20 años la industria invertirá 10 mil millones de dólares para mantener el servicio y contar con las mejores tecnologías para habilitar nuevas fuentes de agua, disminuir el estrés sobre los recursos existentes, incrementar la eficiencia y contar con obras de seguridad para superar las amenazas que puedan materializarse.

“Sabemos que la escasez hídrica no se solucionará solo con este esfuerzo financiero y tecnológico, requerimos la voluntad clara y decidida de toda la sociedad. Es por esto que, a través de esta campaña, los invitamos a todos y a todas a ser parte de este estado consciente, ya que solo con él podremos cuidar el agua en todos sus estados”, concluyó Lorena Schmitt.

Fuente: Mop.gob.cl

Embalses con cifras rojas: reservas alcanzan al 10%

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Tras extensos 15 años de sequía en la Región de Coquimbo, la falta de precipitaciones se ha hecho sentir y así lo refleja el estado actual de reservas de agua en los embalses, que de acuerdo al último informe del Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (CEAZA), solo alcanza un 10% a nivel regional, siendo las provincias de Elqui y Limarí las más afectadas. En esta última, el Embalse La Paloma, el más grande de la zona, mantiene solo el 5% (38 millones de metros cúbicos de los 750 que tiene de capacidad). Recoleta, en tanto, llega a 10% (8.4 millones de metros cúbicos), mientras que a Cogotí le queda un 3% (4.7 millones de metros cúbicos). 'Son niveles bajísimos, similar a lo que nos ocurrió el 2014, pero esa vez algo de nieve había en la cordillera, ahora no hay nada', señala José Eugenio González, Presidente de la Junta de Vigilancia del Río Limarí y Presidente de la Comunidad de Agua del Embalse Paloma, que engloba a estos tres reservorios. Respecto de cómo se está optimizando el uso del recurso, indica que se ha estado dando cumplimiento a la redistribución que instruyó la Dirección General de Aguas (DGA) 'es decir, prioridad para el consumo humano y la agricultura la estamos atendiendo con un 10% de lo normal hasta este momento. Ya desde el próximo mes vamos camino hacia el 5%'. En términos simples, explica, si un derecho el máximo que tiene es 1 litro por segundo, se va a llegar a 0,05 litros por segundo. La disminución de los caudales también a su juicio es más crítica que hace una década, pues a nivel de cabecera está entre 250 y 300 litros.

'Para tener una idea, en la cabecera de Elqui están alrededor de 2 mil litros por segundo y en Choapa 3 mil. Estamos en una situación bien extrema', precisa. En cuanto a La Paloma, González señala que 'esperamos lograr mantenerlo a un nivel hasta por lo menos altura de torre de toma hasta julio. Y de ahí tenemos todas las esperanzas puestas en que San Isidro se acuerde de nosotros y nos mande agua'. 'La situación es grave, si no llueve este invierno, la verdad es que se complica, porque nos va a pillar con los embalses secos, con la cordillera sin una gota de nieve y con los caudales bajísimos', enfatiza. En Elqui la situación no varía demasiado, pese a que La Laguna y Puclaro registran 41% y 9% de capacidad respectivamente. 'Sin embargo, al igual que Limarí, ha llegado menos lluvias a esta zona', sostiene Tomás Caballero, meteorólogo del CEAZA. En efecto, el primero mantiene 15.5 millones de metros cúbicos y el segundo 17.9 millones de metros cúbicos. En relación a cuánto podría mantenerse esta capacidad, Caballero señala que, si bien no hay información oficial 'más o menos hay un registro, al menos en Puclaro, de que iría bajando al menos 1% al mes, entonces, probablemente este año podríamos agotar las reservas de no mediar precipitaciones', precisa. Mejor suerte corrió Choapa, que recibió algunos de los sistemas frontales que se registraron el año pasado en la zona centro sur y que le permitió recargar en parte sus embalses, que en total llegan a un 48%. De esta forma, Corrales llega a un 60% (29.8 millones de metros cúbicos); El Bato a 41% (10.5 millones de metros cúbicos) y Culimo a 7% (0.7 millones de metros cúbicos). No obstante, Caballero advierte que se les debe observar de igual manera, porque si bien en porcentaje son superiores, tienen bastante menos capacidad que los tranques de las provincias vecinas.

¿QUÉ HACER? La Región de Coquimbo ha enfrentado extensos periodos de sequía, con espacios intermedios de lluvias que han permitido mantener el recurso para el consumo humano y la agricultura. Sin embargo, tanto los expertos como los regantes advierten en que el escenario se complica cada vez más, debido al cambio climático. José Eugenio González señala que se encuentran estudiando todas las fórmulas y todos los proyectos. Una de las alternativas que les ha parecido coherente como solución en los sectores altos de los valles es la de construir represas medianas y pequeñas en las distintas quebradas 'para poder acumular hasta los mínimos de agua, para la subsistencia sobre todo', indica. La desalación la ve como una muy buena alternativa 'pero más para el consumo humano en las zonas costeras', dice. Lo otro, agrega, es 'trabajar en recomponer el cambio climático, plantando algunas especies forestales, para ver si con eso ayudamos a que las futuras generaciones tengan agua'. Para Tomás Caballero, la clave está en que las personas comiencen a generar conciencia y entender que para que se puedan recuperar los sistemas tienen que venir muchos años con muchas lluvias y que, no porque precipite un año, se resuelve la falta de agua. 'Como en el invierno pasado llovió muy poco y ya veníamos acumulando todos estos años de sequía, estamos en una situación muy extrema, es bastante crítica y creo que es bueno que la gente vaya entendiendo eso, empezar a comunicar que no es algo que podamos controlar, pero podemos aportar', indica.

Fuente: El Día

Opinión: Alianza público-privada en torno al agua

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Este 2024 se cumplirán 25 años desde que se implementó una política pública de asociación publica privada en el sector de los denominados servicios sanitarios (agua potable y alcantarillado). Así, en 1999 se produjo la incorporación de capital privado en las empresas estales EMOS (hoy Aguas Andinas) y las prestadoras de las regiones de O'Higgins y Los Lagos. Todos fueron procesos efectuados mediante licitaciones públicas y los adquirentes fueron los que ofrecieron el mejor precio.

En forma previa, se había modificado profundamente el marco regulatorio sectorial para asegurar que los nuevos operadores cumplieran a cabalidad con las obligaciones de cobertura, calidad y continuidad de los servicios y obtuvieran una remuneración razonable por ello.

Lo que estaba detrás de la política pública era, principalmente, la necesidad de enfrentar las inversiones para hacer el tratamiento de las aguas servidas que desde que se construyeron los primeros alcantarillados se descargaban crudas a nuestros ríos, lagos y playas de mar contaminándolas gravemente, en términos tales que las aguas de los ríos no se podían utilizar para regar y en las playas estaba prohibido el baño. En una década se invirtieron más de US$ 2.500 millones y hoy tenemos el 100% de las aguas servidas debidamente tratadas.

También, había que asegurar el abastecimiento de la población, pero no era el foco principal de esos años ya que el agua natural no escaseaba. Pero la realidad cambió. En 14 de esos 25 años hemos vivido la sequía más extrema desde que se tienen registros. Sin embargo, en los hogares de los chilenos atendidos por empresas sanitarias el agua potable no ha faltado. Alguien se podría preguntar ¿Por qué? Es bastante simple: porque se han hecho las inversiones necesarias de manera oportuna (algunas contra el tiempo), en un ambiente de colaboración donde cada parte, el Estado y el sector privado han hecho su tarea. Que ello haya ocurrido así no es fruto del azar.

Es la consecuencia de una política estatal bien diseñada, que coloca los incentivos adecuados, que establece las responsabilidades de cada sector y contempla sanciones relevantes ante algún incumplimiento. Es importante tener presente que esta política no fue aislada. Más o menos en los mismos años se inició la implementación de la ley de modernización del sector portuario estatal y se vieron los primeros frutos concretos de la ley de concesiones de obras públicas.

En resumen, el Estado decidió asociarse con el sector privado para desarrollar una cartera de proyectos de gran significación para el desarrollo de Chile que, además, se tradujo en una importante liberación de recursos para ser destinados a inversión social. Una política que, en lo grueso, ha sido tremendamente exitosa y que ha contribuido al crecimiento del país. En el caso del sector sanitario se ha traducido en que contemos con agua potable a pesar de que llueve una menor cantidad que antes. La tarea no ha terminado, el desafío del cambio climático exigirá más inversiones. ¿Podremos hacerlo? Sin lugar a dudas, solo se requiere voluntad y trabajo colaborativo.

Fuente: El Diario Concepcion

NOTICIAS INTERNACIONALES

Estado de emergencia en Cataluña por sequía extrema: Consumo de agua por habitante será de 200 litros al día

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La Generalitat catalana, el gobierno regional de la región española de Cataluña, declaró este jueves la emergencia por sequía, una situación sin precedentes, que afectará a seis millones de personas de Barcelona y Girona, cuyo consumo quedará limitado a un máximo de 200 litros por habitante y día.

Así lo anunció en un punto de prensa el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y el responsable de Acción Climática, David Mascort.

“No nos habíamos enfrentado nunca una sequía tan larga desde que existen mediciones de lluvia. Arrastramos tres años en los que no llueve como el país necesita”, justificó Aragonès, quien defendió el “trabajo” y la “inversión” para mitigar los efectos y retrasar hasta 15 meses la entrada en emergencia.

Hasta 239 municipios de las áreas metropolitanas de Barcelona y Girona entrarán desde mañana viernes en emergencia, lo que implicará que estos ayuntamientos tendrán que controlar los consumos de los ciudadanos y servicios que se abastecen con la red pública.

¿Qué restricciones se realizarán? Las nuevas restricciones establecen un límite de 200 litros por habitante y día para todos los usos (se suman los industriales, agrícolas, recreativos o personales) en los hogares, aunque se recomienda que el consumo sea de 90 litros. Para disminuir el consumo, se evaluará la posibilidad de bajar la presión del agua en los municipios que superen los máximos establecidos.

Además, se reducirá en un 80% el riego agrícola, en un 50% el de ganadería y en un 25% el industrial y para usos recreativos.

Las autoridades señalaron que queda prohibida la limpieza de espacios urbanos y el lavado de autos con agua potable. Sumado a ello, el llenado total o parcial de todo tipo de piscinas con agua dulce estará restringido.

Tampoco estará permitido el uso de agua para el riego de jardines y zonas verdes, tanto privadas como públicas, excepto si es para la supervivencia del arbolado o jardines botánicos públicos siempre que se haga con aguas regeneradas o freáticas, como ya hace el Ayuntamiento de Barcelona, entre otros municipios.

Otras de las restricciones es la aplicación de una moratoria para nuevas actividades económicas que requieran uso intensivo de agua, como granjas nuevas o ampliación de las existentes, industrias o actividades turísticas y nuevos planes urbanísticos.

Sobre el sistema sancionador, el responsable de Acción Climática destacó que se está trabajando con los ayuntamientos para adaptar las nuevas medidas y obtener ayudas para mejorar sus redes de suministro, pero en último término se tendrá que aplicar las sanciones que correspondan porque así lo prevé el plan de sequía.

Fuente: Cnnchile.com

Ciudad de México enfrenta una crisis hídrica histórica en medio del cambio climático y los desafíos urbanos

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La Ciudad de México enfrenta una grave escasez de agua mientras millones de personas enfrentan los impactos del cambio climático, la expansión urbana desenfrenada y el envejecimiento de la infraestructura. Con el sistema Cutzamala bajo una presión sin precedentes, los funcionarios instan a la conservación. Los residentes, desde las afueras hasta los barrios de la ciudad, están en apuros, lo que marca un momento crítico para la megaciudad de América Latina en su lucha contra los desafíos ambientales y logísticos del suministro de agua.

Una ciudad al borde del abismo En la extensa extensión urbana de la Ciudad de México, una crisis hierve, amenazando la vida diaria de sus 21 millones de habitantes. La megaciudad, uno de los centros más grandes y vibrantes de América Latina, enfrenta un desafío sin precedentes: una grave escasez de agua que ha frustrado a los residentes. Semanas de protestas y protestas públicas subrayan la gravedad de la situación, ya que la dependencia de la capital mexicana de un sistema de suministro de agua sobrecargado está llegando a un punto crítico.

El núcleo del problema radica en el Sistema Cutzamala, una compleja red de estaciones de bombeo, presas y embalses que sirve como salvavidas y suministra agua a aproximadamente 6 millones de personas en la ciudad. Funcionarios de la empresa de agua de la Ciudad de México, SACMEX, han hecho sonar la alarma y declararon que el sistema se encuentra bajo el mayor estrés que jamás haya experimentado. Esta alarmante situación es la culminación de años de escasas precipitaciones, un fenómeno que los expertos atribuyen a los impactos más amplios del cambio climático, junto con un crecimiento urbano caótico y una dependencia de infraestructura obsoleta.

La cruda realidad de la crisis del agua la sienten con mayor intensidad los residentes de la ciudad, desde las afueras hasta los barrios bulliciosos. En Acambay, una comunidad a unas 80 millas de la capital, las tensiones estallaron cuando los manifestantes irrumpieron por la fuerza en una oficina de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) de México, expresando su frustración mediante el vandalismo. Esta dramática acción pone de relieve la desesperación y la ira que sienten muchos que consideran inadecuada la respuesta del gobierno a la crisis del agua.

Lucha diaria en Azcapotzalco Mientras tanto, en el barrio Azcapotzalco de la Ciudad de México, la lucha diaria por el agua pinta un cuadro vívido de la crisis. Armados con baldes y botes de basura, los residentes hacen cola para recoger agua de los camiones, una solución improvisada a un problema que exige estrategias integrales y de largo plazo. Esta escena, replicada en varias partes de la ciudad, subraya la urgente necesidad de soluciones que aborden tanto las necesidades inmediatas como las causas subyacentes de la crisis.

Los desafíos que enfrenta la Ciudad de México son complejos y multifacéticos. Situada en un valle de gran altitud y construida sobre los restos de un antiguo lecho de un lago, la ciudad históricamente ha enfrentado problemas de suministro de agua. La mayor parte de su agua proviene de un acuífero subterráneo y embalses fuera de los límites de la ciudad; un sistema ahora al límite.

Cambio climático y expansión urbana El cambio climático ocupa un lugar preponderante en la crisis, y los científicos señalan que la disminución de las precipitaciones a lo largo de los años es un factor importante que contribuye. Sin embargo, el problema se ve exacerbado por la actividad humana, incluida la expansión urbana rápida y a menudo no regulada, que ha ejercido una presión adicional sobre los recursos hídricos de la ciudad. El crecimiento expansivo de la metrópoli ha aumentado la demanda de agua. Aun así, también ha provocado la degradación de las zonas naturales de captación de agua, disminuyendo aún más la capacidad de la ciudad para reponer sus suministros.

La infraestructura obsoleta, gran parte de la cual data de hace décadas, es otro tema crítico. Las fugas y las ineficiencias en la red de distribución resultan en pérdidas significativas de agua, un problema que SACMEX y otras autoridades necesitan ayuda para abordar en medio de limitaciones presupuestarias y logísticas. La situación es un claro recordatorio de la importancia de invertir en infraestructura moderna y resiliente para mitigar los impactos de los desafíos ambientales.

En respuesta a la crisis, los funcionarios de la ciudad han pedido a los residentes que cambien sus hábitos de uso del agua, instando a la conservación como un paso vital para aliviar la presión sobre el sistema. Si bien esas medidas son necesarias, son una solución temporal a un problema que requiere un enfoque más holístico.

La crisis del agua en la Ciudad de México es emblemática de un desafío más amplio que enfrentan los centros urbanos en todo el mundo al enfrentar el cambio climático y la urbanización. Plantea preguntas críticas sobre la sostenibilidad, la gestión de recursos y la capacidad de las ciudades para adaptarse a un paisaje ambiental cada vez más impredecible.

Para abordar la crisis, es esencial una estrategia multifacética. Esto incluye una inversión significativa en la mejora y expansión de la infraestructura hídrica de la ciudad, la implementación de programas de recolección de agua de lluvia y reciclaje de agua, y el cumplimiento de regulaciones para controlar la expansión urbana y proteger las fuentes naturales de agua. Además, existe una necesidad apremiante de realizar campañas de educación pública para crear conciencia sobre la conservación del agua y fomentar una cultura de sostenibilidad entre los residentes de la ciudad.

Colaboración internacional La comunidad internacional también tiene un papel que desempeñar, proporcionando experiencia técnica, apoyo financiero y compartiendo mejores prácticas en la gestión del agua urbana. La colaboración entre gobiernos, organizaciones no gubernamentales, el sector privado y las comunidades locales será fundamental para diseñar soluciones innovadoras que garanticen la seguridad hídrica a largo plazo de la Ciudad de México y otras áreas urbanas que enfrentan desafíos similares.

Mientras la Ciudad de México lidia con su crisis hídrica, la situación sirve como un crudo recordatorio de la fragilidad de nuestros ecosistemas urbanos y la necesidad de una acción concertada para salvaguardar nuestro recurso más preciado: el agua. Sin duda, el camino a seguir será desafiante y requerirá soluciones técnicas y una voluntad colectiva para imaginar e implementar un futuro sostenible.

En última instancia, la crisis del agua en la Ciudad de México es más que una simple cuestión logística o ambiental; es un llamado a la acción, un recordatorio de la urgente necesidad de repensar nuestra relación con el mundo natural y nuestro enfoque del desarrollo urbano. Mientras la ciudad busca navegar a través de estas aguas turbulentas, la resiliencia y el ingenio de su gente, junto con un liderazgo decisivo y apoyo internacional, serán vitales para cambiar el rumbo hacia un futuro más sostenible y con mayor seguridad hídrica.

Fuente: Latinamericanpost.com

Sudamérica en alerta: calor extremo y El Niño se sienten como nunca antes

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Altas temperaturas y una intensa sequía propias de esta época del año, agravadas por el fenómeno de El Niño, han llevado a las autoridades de varios países sudamericanos, especialmente Chile, Colombia, Argentina y Uruguay, a alertar sobre los efectos nocivos para la salud de la exposición al sol y a la necesidad de protegerse de los golpes de calor.

Ya no son solo los incendios. "Las elevadas temperaturas que en este momento están experimentando muchas regiones del planeta obedecen a la confluencia de dos fenómenos", explica a Efe el médico y experto en cambio climático Camilo Prieto, profesor de Sostenibilidad y Salud Ambiental de la Universidad Javeriana, de Bogotá.

Según Prieto, uno de esos fenómenos "es el cambio climático, que es un evento de fondo que se caracteriza por ser creciente, por ser progresivo", y el otro es el de "variabilidad climática coincidiendo en este momento con el fenómeno de El Niño".

"Entonces, la sobreposición de los dos eventos hace que en algunas zonas del planeta se eleven las temperaturas y eso fundamentalmente ocurre porque en estos meses, lo que es enero y febrero, tenemos un momento de alta intensidad de expresión de El Niño", que se espera empiece a "decrecer en marzo-abril", señala Prieto.

En Colombia, donde las lluvias de los últimos días apagaron incendios forestales y suavizaron las temperaturas que estuvieron sobre los 38 grados Celsius, hay ríos y arroyos que se han secado completamente, lo que compromete el abastecimiento de agua potable en parte del país.

"Al momento, 233 municipios de 16 departamentos presentan desabastecimiento de agua potable. De estos, 16 ya tienen racionamiento del líquido y hay 602 más con susceptibilidad de sufrir afectaciones", advirtió la Unidad Nacional de Gestión de Riesgo de Desastres.

Termómetros en rojo Un intenso calor azota también a Chile y Argentina, donde los termómetros marcan temperaturas récord en muchos casos.

En la Región Metropolitana el termómetro marcó el miércoles 37,3 grados Celsius, la tercera temperatura más alta registrada en los últimos 55 años y un grado por debajo de la máxima histórica, los 38,3 grados en enero de 2018.

La temperatura más alta que ha registrado Chile desde que hay registros son 42,2 grados el 2017 en Los Ángeles.

No obstante, las regiones de Valparaíso y O' Higgins sufren la propagación de incendios forestales con más de 35 grados, un viento costero que aporta velocidad al fuego y una escasez hídrica que lleva 15 años.

En Uruguay se proyectan 40 grados a la sombra hasta el martes y, en Argentina, la ola de calor se siente especialmente en la zona oeste del país.

"Desde el norte de Patagonia hasta el norte de Argentina habrá temperaturas máximas entre los 35 y 42 grados celsius y temperaturas mínimas entre los 22 y 26 grados celsius", dijeron a Efe fuentes del Servicio Meteorológico Nacional (SMN).

La ola de calor, en general, va a "persistir al menos hasta martes o miércoles de la semana que viene", agregaron con preocupación, pues el viernes el incendio forestal que afecta desde hace 10 días al Parque Nacional Los Alerces, Patrimonio de la Unesco desde 2017, y a la provincia de Chubut, ya había calcinado 2.835 hectáreas.

Golpes de calor El SMN alertó de "temperaturas extremas" en 21 provincias argentinas, lo que puede poner en riesgo la salud de las personas, mientras que en Chile, el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) puso a todos los efectivos en alerta y lanzó una batería de consejos para evitar los golpes de calor y los efectos de largas exposiciones.

"En Sudamérica, particularmente Argentina y Chile, tienen ese riesgo, de que se produzcan olas de calor", explica Prieto, quien dice que "son un fenómeno atmosférico que cuando llega a los seres humanos se puede expresar como un golpe de calor. Eso es lo que sufre nuestro cuerpo y es un riesgo cardiovascular y también un riesgo para nuestro sistema nervioso, que puede causar la muerte".

La confluencia de la crisis climática y de El Niño representa además "un riesgo muy relevante para la salud de todos los ecosistemas, lo cual es evidente por las sequías, pero también para la salud humana", subraya el especialista.

La plaza de armas de Santiago el día de esta semana en que tuvo 37 grados de temperatura a la sombra.

Fuente: El Mercurio de Valparaíso

El cambio climático hace 30 veces más probable una grave sequía en el Amazonas

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El cambio climático fue el principal responsable de la devastadora sequía amazónica del año pasado, mientras que el fenómeno meteorológico de El Niño desempeñó un papel menor, según los científicos.

Según un nuevo estudio de World Weather Attribution (WWA), un grupo internacional de científicos que analiza los fenómenos meteorológicos extremos para determinar la influencia del calentamiento global, la sequía era 30 veces más probable que se produjera debido al cambio climático provocado por el hombre. El estudio analizó la sequía durante el semestre comprendido entre junio y noviembre.

“Cuando la sequía amazónica empeoró en 2023, muchos apuntaron a El Niño para explicar el suceso”, dijo Ben Clarke, autor principal del estudio. “Si bien El Niño condujo a niveles aún más bajos de precipitaciones, nuestro estudio muestra que el cambio climático es el principal impulsor de la sequía a través de su influencia en las temperaturas más altas”, agregó.

El Amazonas ha experimentado recientemente periodos de lluvias, pero aún se desconoce si El Niño se fortalecerá durante la primavera y si la sequía continuará.

La inmensa selva amazónica, que se extiende por Brasil, Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú y otros países, es un foco de biodiversidad y el sumidero de carbono más importante del mundo, por lo que es fundamental para el sistema climático mundial. La deforestación y el aumento de las temperaturas han empujado a la selva tropical a un estado más seco, lo que amenaza su capacidad para absorber carbono.

La intensa sequía afectó a 30 millones de personas que dependen del río Amazonas y sus afluentes. Los cultivos se marchitaron y los barcos no pudieron navegar por las vías fluviales para traer suministros. Las comunidades, sobre todo las indígenas y las ribereñas, quedaron aisladas. Los patrones de migración de los peces cambiaron debido al calentamiento de las aguas, poniendo en peligro una importante fuente de alimentos.

La sequía también contribuyó a la propagación de incendios forestales y a la extinción de gran parte de la vida fluvial, incluidos 150 delfines rosados. La agricultura y la ganadería a gran escala redujeron la retención de humedad en el suelo, empeorando las condiciones.

Simone Athayde, antropóloga medioambiental e investigadora de la Universidad de Florida, dijo que las comunidades indígenas locales reconocían que los niveles de agua eran más bajos la primavera pasada, pero no esperaban que la sequía fuera tan grave.

Según la escala del Monitor de Sequías de Estados Unidos, se trata de una sequía “excepcional” o de nivel 4. Sin el cambio climático, la sequía habría sido más grave. Sin el cambio climático, habría sido menos intensa y se habría clasificado como “sequía grave” de categoría 2, según el estudio de la WWA. La Amazonia también sufrió sequías graves en 2005, 2010, 2015 y 2020, aunque la de 2023 fue singular en algunos aspectos.

En un mundo con un calentamiento de 2 ºC por encima de los niveles preindustriales, la Amazonia podría ver cuatro veces más sequías agrícolas de esta magnitud cada 10 a 15 años, lo que significa una reducción de las precipitaciones, el agua del suelo y los niveles de los embalses, según los investigadores.

“Ahora nos adentramos en un territorio sin precedentes, y predecimos que en el futuro las cosas serán más intensas para los estándares actuales. Tendremos que inventar nuevas categorías” para clasificar los fenómenos, dijo Clarke.

La estación seca se está alargando, una señal peligrosa para el futuro, según Regina Rodrigues, autora del estudio y profesora de oceanografía y clima en la Universidad Federal de Santa Catarina (Brasil).

La región debe prepararse mejor para la sequía, dijo Athayde, con planes sobre cómo suministrar medicamentos de emergencia en regiones aisladas y asegurar la producción de alimentos, entre otras medidas.

“Más que nunca, necesitamos controlar la deforestación y promover la restauración”, dijo Athayde. “Tenemos esta ventana de oportunidad para que las naciones amazónicas se conecten y coordinen en estos temas”.

Fuente: Infobae.com

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